Por: Marco Velázquez Cristo.
“…El exigente inconsciente cree que las cosas son fáciles, cree que las dificultades no existen, y le achaca a la incapacidad, o a la maldad, o a la mala fe de los hombres si las cosas no marchan mejor…”
Fidel.
El líder histórico de la revolución cubana expresó en noviembre de 2005 en la Universidad de La Habana, “Cada palabra que se pronuncie hay que pensarla”, y eso deberían hacer algunos antes de lanzarse a hacer exigencias o pedidos que nada aportan en una coyuntura tan difícil como la que atraviesa Cuba, la cual tratan de aprovechar nuestros adversarios para dar el jaque mate a la Revolución, los cuales buscan opiniones o posicionamientos que, puedan ser manipulados o reinterpretados para utilizarlos en función de sus intereses. Por eso en estos momentos la critica debe ser como señalará Fidel responsable, para no abrirle las puertas a la ponzoña enemiga.
Recientemente desde un blog que tiene una alta visibilidad mediática se solicitó, simplifico, que, los responsables de retardar los cambios den la cara y expliquen sus razones para haberlo hecho, se pidió nombres, apellidos y cargos de los que, en el decir del demandante representan una “corriente de freno en las altas esferas”, haciéndose un llamado a los habituales del sitio a decir lo que supieran o formularan hipótesis sobre lo que se estaba solicitando.
De inmediato los medios anticubanos replicaron el pedido y comenzó la orgía de interpretaciones y adaptaciones a sus intereses. Sin embargo, los foristas cerraron los ojos a esa realidad y cuando alguien se las señaló, respondieron que, es un argumento gastado que ha sido utilizado en muchas ocasiones para silenciar las críticas. Eso es no tener sentido del momento histórico.
“Cuando alguien quiera saber si una posición es buena o mala, pregunte de qué lado están los imperialistas, pregunte de qué lado están sus periódicos, sus voceros, sus escritores, sus propagandistas…”
Fidel.
Además, de no existir evidencias de la existencia de esa supuesta “corriente de freno”, ni elementos que indiquen que posponer los cambios a que se refieren haya sido un error; las redes sociales no son ni la única tribuna, ni el lugar más apropiado para ventilar todo tipo de inquietudes o satisfacer todas las necesidades informativas, existen y son conocidos otros espacios donde expresarse, en los cuales las ideas y propuestas pueden y de hecho adquieren una mayor utilidad.
Por ejemplo, los que trabajan en los sectores productivos del país, no suelen utilizar las redes sociales para solventar sus desacuerdos o problemas, lo hacen como regla en sus ámbitos de trabajo, durante reuniones o directamente ante quienes los dirigen. Los campesinos y sus encuentros con la dirección del país son una muestra de como se pueden canalizar los problemas y buscar soluciones sin acudir a las redes sociales.
Sin embargo, dentro del sector de la cultura la tendencia es ir a ellas para todo, y el caso del que hemos estado hablando es un ejemplo de esa tendencia. Quien promovió el tema no tiene ninguna necesidad de llevarlo a las redes sociales para encontrar una respuesta. El mismo ha dado elementos que indican que sabe que se le escucha y que tiene puertas a las cuales tocar para plantear temas de ese tipo.
¿Por qué no hizo uso de esas posibilidades?, solo él conoce la respuesta.
Asegura no estar convocando a una cacería de brujas, y puede que esa no haya sido su intención, pero el resultado es el mismo, pues sus seguidores, aunque se sumen a esa afirmación, con su conducta parecen haberlo interpretado así. Al leerlos da la impresión de estar frente a una cruzada mediática en busca de supuestos culpables, la cual solo puede concluir en un tribunal mediático, al estilo de los de la Santa Inquisición.
Antes de continuar aclaro que no estoy diciendo que, todos en el sector de la cultura tienen igual conducta, pero la verdad es que, muchos de sus integrantes parecen preferir las redes sociales a escenarios más serios, interlocutores siempre han tenido dentro de las instituciones de la cultura y en la dirección del país, por eso resulta paradójica esa preferencia por las redes.
Continúo.
A partir de la publicación del “comentario post” como era predecible se desató una cascada de “oportunismo cuestionador”, verdadera catarsis colectiva de “creatividad” injuriosa, mediante la cual los foristas en su inmensa mayoría aprovecharon para endilgarle a la dirección del partido y el gobierno, no solo de la actual, sino también de sus antecesores todo tipo de errores. Algunos que tuvieron cargos gubernamentales aprovecharon para hacer gala de una falta de ética indignante.
Así afirmaron nunca haber visto a ningún dirigente asumir sus responsabilidades ante el pueblo, lo que obviamente es falso. A través del proceso revolucionario Fidel, Raúl, y más recientemente Diaz Canel y Marrero entre otros dirigentes han reconocido los errores, no solo ante un medio de prensa, o en las redes sociales, sino en la Plaza de la Revolución repleta de pueblo, como lo hizo Fidel cuando no llegamos a los 10 millones de toneladas de azúcar que nos habíamos propuesto producir en 1970.
Cuestionan que, en las notas oficiales que se publicaban a raíz de la sustitución de determinados funcionarios no se daban detalles sobre las causas de estas, cierto, pero, ¿qué se resolvería con hacerlo? Olvidan que, esas personas no habían cometido delitos, tampoco eran traidores, ni enemigos en el momento de su sustitución y que la mera nota aparecida en los órganos de difusión masiva era ya una sanción moral dura. El no dar detalles no tenía el fin de ocultar nada al pueblo, era el reflejo de la ética y el humanismo de la Revolución que jamás se ha ensañado con nadie por grande que hayan sido sus errores, ni siquiera con sus más enconados enemigos.
Tienen a varios sustituidos escribiendo y comentando al lado suyo en el mismo sitio que ellos lo hacen, incluso uno que fue ministro de economía, pueden preguntarle por qué fueron separados de sus cargos, así satisfacen su curiosidad. Ah no olviden pedirle cuenta por sus yerros, para que sean coherentes, no más.
Uno de ellos dice que, no puede abstenerse de opinar sobre la responsabilidad en Cuba, pues la responsabilidad del Bloqueo norteamericano se conoce, dice que, “nos ha conducido a la compleja situación que enfrentamos, por no haber hecho, en la economía, lo que desde hace años se sabe que había que hacer y no se ha llevado a cabo”. Con esa especie de trabalenguas, lo que quiere decir y dice es que, la muy compleja situación económica actual no es culpa del bloqueo sino de los errores de la dirección del país, ¿esto es así? NO, esa hipótesis es insostenible, pero se la publican. Na´ que es un “pequeño desliz”.
Destacados economista e intelectuales del mundo han reconocido al bloqueo como el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba entre ellos Rafael Correa el cual ha descrito magistralmente sus efectos sobre la economía de la isla. Deberían leerlos, así hacen honor a su autotítulo de plurales y dejan de cocinarse en su propia salsa.
Otro ejemplo de como este tipo de publicaciones propicia mediatizar distorsiones de la realidad y mentiras mal intencionadas; lo constituye un comentario en el cual se plantea lo siguiente: “Los sucesos del 11 de julio, han sido manipulados por la extrema izquierda (…) culpando al injusto bloqueo y a la injerencia extranjera de lo ocurrido, (…) exagerando el vandalismo que sobrevino…” De manera impúdica invisibilizan las evidencias presentadas, las declaraciones de los propios protagonistas que reconocen su mercenarismo, los videos que muestran con crudeza la violencia y el vandalismo desatado por contrarrevolucionarios y delincuentes de la peor especie, y para mayor descredito vuelven a minimizar la influencia del bloqueo.
Antes de finalizar deseo volver sobre la presunta existencia según ellos en las “altas esferas de una corriente de frenos” que es la que retarda la aplicación de los cambios; y es que estas fantasías mentales, lástima que por respeto a la decencia no se pueda poner como se les dice en buen cubano, no son nuevas en el sitio de marras. Recordemos cuando se les ocurrió que existía un núcleo duro que se oponía a la normalización de las relaciones con los EE.UU. y más tarde otro que, estaba esperando que Raúl se jubilara para apoderarse del poder. Elucubraciones que han sido replicadas y apoyadas por los sitios anticubanos, pero el que diga que le hacen el juego es un extremista, dogmático, bodrio ideológico, etc.
Todos esos comentarios y otros que, para no agobiar a los lectores no menciono, nada aportan, a no ser, la evidencia de la pobreza ética de sus autores y el reflejo de un ejercicio condenado a la esterilidad del que, sus promoventes, con humildad digo, deberían sacar las experiencias necesarias para no repetir errores que solo benefician a nuestros adversarios.
Si estoy equivocado, díganme, ¿Qué beneficio para Cuba ha reportado su “comentario post”?
Un comentario sobre “Un sinsentido en tiempo de pandemia”