Por: Marco Velázquez Cristo.
Comandante, en este su 92 cumpleaños son muchas las cosas y recuerdos que se agolpan en la mente, hablar de un gigante como usted siempre es difícil, sé que no le gustan los halagos que prefiere la crítica, pero que se le puede señalar al escultor de una obra tan hermosa como la que erigió y continúa perfeccionado junto a nuestro pueblo, su pueblo Comandante.
No pueden los que odian y temen a sus ideas, matarlas, no pueden desaparecer su ejemplo, no pueden manchar su limpia figura, son roedores que rompen sus dientes tratando infructuosamente de penetrar la coraza moral que lo protege, son sabandijas lanzando piedras al Everest intentando derribarlo.
Pobres enanos mentales no comprenden que un hombre que es capaz de inspirar tanto amor en un pueblo, es imposible de satanizar, un amor que llevó a una niña a expresar conmovida, “me escribí Fidel en la frente, porque no pude abrirme el pecho para escribírmelo en el corazón”, o a una joven que al verlo comenzó a saltar de alegría, olvidada de que andaba en tacones terminó torciéndose un tobillo, y cuando alguien solicito indagó por la magnitud del dolor respondió, no importa lo que me duela lo importante es que lo vi.
Un ser humano que inspira tales sentimientos y hace olvidar el propio dolor solo puede ser parafraseando al más universal de los cubanos, de los que van en el bando de los que aman y fundan, sus adversarios solo pueden estar en el de los que odian y deshacen.
Esos no importan son los que como dijera el apóstol, “tienen ojos para los lunares, y cuando ven cosa bella, airados de que lo sea, buscan coléricos la mancha o defecto y gozan cuando la hallan que son las almas ruines”. Son los menos, los agradecidos Comandante somos infinitamente más.
Pasaran los años, los siglos, los milenios y usted seguirá cumpliendo años victorioso e invicto, para felicidad del pueblo cubano y de todas las personas honestas que como usted creen que un mundo mejor es posible. Y sí, cada 13 de agosto lo felicitaremos porque usted vive y vivirá en el corazón de su pueblo, ese al que enseñó a crecer.
Con usted cabalgamos hacia el futuro luminoso de la patria, acompañados de Martí, Céspedes, Agramonte, Maceo, Trejo, Mella, Guitera, Villena, José Antonio, Frank, Abel, Camilo, el Che, Almeida y todos los que han luchado por ver a Cuba libre y soberana, por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo.
Ya termino Comandante como dijera el Guerrillero Heroico las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, solo me resta decirle:
Felicidades Titán invicto, vencedor en batallas y de la muerte, gracias por su ejemplo.