Por: Marco Velázquez Cristo.
Opinar no es sinónimo de tergiversar, ni de confundir, tampoco de manipular; mucho menos de mentir. Lo es de juzgar, creer, criticar, entender, manifestar, pensar, proponer, etc. Escritos como al que me referiré no responde a ninguna de estas acepciones de dicha palabra.
El articulista para intentar restarle seriedad y credibilidad al trabajo previo realizado para llegar al Proyecto de Constitución que se está proponiendo, plantea que este se circunscribió a solo un mes de funcionamiento de la Comisión encargada de ello, obviando que:
El presidente cubano Miguel Díaz Canel explicó, “ Desde hace tiempo (…) compañeros, una parte de los cuales (…) se encuentran dentro de los que se propone integren la comisión, fueron encargados por el Buró Político de analizar el impacto que en el orden constitucional tienen los cambios originados, como resultado de las decisiones adoptadas en el VI y VII congresos del Partido y su Primera Conferencia Nacional, (…) evaluar cuestiones a incorporar (…) al texto constitucional, en virtud de nuestras experiencias en la construcción del socialismo, estudiar procesos constitucionales desarrollados en diversos países, así como profundizar en aspectos de nuestra historia y tradición constitucional”. Suficiente para aplastar la mentira del plañidero.
El “escritor” para intentar sustentar su tesis de que por la extensión de los debates los participantes en ellos dejarán de prestarle atención, expone un cálculo sandio mediante el cual arriba a la conclusión de que se necesitarían al menos 6 horas de reunión para que 30 personas expusieran sus opiniones sobre los 755 puntos que serán sometidos a debate. En busca de mayores argumentos aborda un tema científicamente complejo como es el del sostenimiento de la atención, en lo que influyen muchos factores imposibles de evaluar objetivamente por un profano en la materia, por lo que culmina simplificándolo de torpe manera.
Es difícil que en cada encuentro intervengan todos los participantes, más improbable aun es que estos opinen sobre la totalidad de los puntos. Se han explicado las formas de intervenir, así como que nadie puede cuestionar la opinión de otra persona por lo tanto todos los planteamientos son válidos esto agiliza el debate. Debería el frustrado matemático tomar en cuenta la advertencia del físico francés Carnot, “habla poco de lo que sabes y nada de lo que ignoras”.
Para él solo se tendrá un día para debatir el Proyecto, soslaya que además de las sesiones de la ANPP que el pueblo vio, previamente en manos de este se puso un tabloide con el mismo, lo que permite la discusión interior, también en los círculos socio familiares y laborales de cada uno y hasta en las redes, todo ello previo al inicio de los debates organizados, propiciándose el esclarecimiento de dudas y la creación de una visión más integral del Proyecto por lo que llegado el momento de debatir, los ciudadanos ya tendrán la información y conocimientos suficientes para poder opinar con objetividad o simplemente escuchar si así lo deciden.
Asegura que, “una parte importante y creciente de la sociedad cubana se muestra cada día más escéptica, respecto a todo lo referente a la participación en cuestiones políticas”. ¿Basándose en los resultados de que investigación sociológica afirma esto? La participación mayoritaria del pueblo en el recientemente concluido proceso electoral desmiente esta aseveración cargada de subjetivismo.
Plantea que, Raúl pone fuera de discusión el papel del Partido Comunista de Cuba y el tipo de sistema político. Otra distorsión de la realidad, le recuerdo al “desmemoriado” que:
El papel del PCC como fuerza superior de dirección de la sociedad y el Estado quedo consignado en la Constitución de 1976 y ratificado en la reforma constitucional realizada en el 2002, ambas aprobadas por el pueblo, en la última en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, en el que participaron más de ocho millones de cubanos se ratificó el contenido socialista de la Constitución e interesó de la Asamblea Nacional del Poder Popular realizar la reforma, para dejar expresamente consignado el carácter irrevocable del socialismo y del sistema político y social revolucionario por ella diseñado, ante lo cual el órgano supremo de poder del Estado, en sesión extraordinaria, convocada al efecto, adoptó por unanimidad el Acuerdo No. V-74, por el que se aprobó la Ley de Reforma Constitucional el 26 de junio del 2002.
Por lo tanto, Raúl no está poniendo fuera de discusión nada. Son cuestiones que ya fueron aprobadas por el pueblo.
Al margen de todos estos argumentos esta pregunta:
¿Por qué le molesta, estorba o preocupa que en el proyecto de Constitución se ratifique el carácter irrevocable del socialismo como sistema político social económico para Cuba, así como el papel del PCC como fuerza superior dirigente de la sociedad y el Estado? ¿Por qué quiere lo mejor para Cuba? No lo creo.
La ausencia de ética en este panfletero llega al extremo de afirmar, que unas de las características del modelo de democracia del sistema político cubano son: análisis puntuales y programados, en grupos cerrados y relativamente pequeños.
En el caso del debate del Proyecto de Constitución, pone además en entredicho la libertad con la cual podrán plantearse los criterios y la confianza que puedan tener los que los expongan en que no serán reprimidos si cuestionan algunos de sus preceptos.
¿Cuando se convoca al pueblo a debatir masivamente en barrios, centros laborales y unidades militares, puede plantearse honradamente que este será un debate circunscrito a grupos cerrados y pequeños y que estará limitada la libertad de expresarse? Afirmar tal cosa supera el límite de la decencia humana.
¿Es posible concebir dentro de una revolución como la cubana de un profundo arraigo popular, que ha puesto al pueblo siempre como protagonista, que este sienta temor a ser reprimido por expresarse? ¿El estado convoca a manifestarse para reprimir? Absurdo, ese planteamiento no tiene asidero alguno. La olímpica amnesia histórica del articulista da grima.
Un argumento entre millones, este pueblo firmó masiva, voluntaria y mayoritariamente su adhesión al concepto de Revolución formulado por Fidel, de esa forma no solo ratificó su decisión de seguir adelante con ella, sino también reafirmó que esta es su revolución, ¿se va a reprimir el pueblo a sí mismo?
Hay que ser muy deshonesto y estar muy preñado del vecino para decir tales infundios.
Desea que la prensa publique artículos de opinión y en la TV se presenten debates sobre el Proyecto, naturalmente si en estos espacios se apoyan preceptos que aparecen en el mismo o no se dice lo que quiere escuchar, de inmediato saltará junto a otros como él, cual ranas plataneras acusando de estar adoctrinando y dirigiendo el debate y reclamarán espacios para ellos, porque lo que realmente desean es poner estos medios de difusión masiva en función de intereses ajenos a los del pueblo.
La prensa y la Televisión cubana están al servicio del pueblo, no de grupos de ajados enemigos.
“Usamos los medios para educar, para desarrollar los conocimientos de los ciudadanos (…) desempeñan un papel en la Revolución, han creado conciencia, conceptos, valores…”
Fidel (Libro Cien horas con Fidel)
De excelencia este texto. Si bien es cierto que el asunto de las
discusiones a nivel de pueblo de la reforma constitucional es complejo,
porque son muchas las subjetividades y con ello, las intrpretaciones,
también lo es que estamos ante la presencia de un genuino ejercicio de
verdadera democracia. Todos podemos opinar. Al pueblo no le debe
preocupar cuántas horas estaremos en debate, cómo se hará, si se dirá
todo o todo quedará en el olvido. cada cosa en su momento y cada
opinión, al papel. Que no por hacer nos come las hormigas. Coincido con
Marcos y aplaudo que PostCuba publique textos como este.