Por: Marco Velázquez Cristo.
Según información aparecida en la página de Facebook de Mauro Torres , en un operativo policial efectuado en la feria de la Calle 100 y Boyeros, fueron detenidas más de treinta personas por revender diferentes productos de primera necesidad. Asimismo, se hace referencia a la ocupación en una casa cercana al lugar, de más de 400 cartones de huevos y de una nevera con paquetes de pollos y tubos de picadillo.
Ante dicha actuación, sorprendentemente, algunos que se quejaban de que, los revendedores estaban impunemente estafando y abusando del pueblo, se habían adueñado de las colas, solo ellos podían comprar, etc., han reaccionado cuestionando el operativo. Incluso uno llega a decir que, impactará negativamente en su alimentación. Sin comentarios.
Lo que esos malandrines estaban haciendo y muchos iguales a ellos siguen haciendo, a parte de un delito, es privar al pueblo, fundamentalmente a los más humildes, de la posibilidad de adquirir productos de primera necesidad a precios mucho más asequibles en las tiendas destinadas para su venta. Acrecentando sus carencias, haciéndoles la vida aún más difícil.
Evidentemente eso a los Melchoras no les interesa. Tal conducta desvela que, su discurso de “preocupados defensores” de sus conciudadanos es una hipocresía, sus quejas por las colas que, no hacían, ni hacen, una intención de crearse una imagen de humildes ciudadanos, su alegada falta de dinero para comprarle a los revendedores los productos a los precios que estos les ponen una mentira y sus críticas a ellos una expresión de su doble moral.
Les “preocupa”, que, al no darse mayores detalles de las investigaciones, estas solo lleguen hasta los revendedores y los que tenían los productos almacenados. De esa forma, insinúan que, se estaría protegiendo a funcionarios del Estado que pudieran estar implicados en el hecho. Olvidan estos personajes que, en Cuba, nunca ha aparecido una mano protectora que inhiba la acción de la justicia, no se practica a nivel gubernamental como en otros países el doble racero, ese que si ejercitan en la blogósfera cubana algunos que se escandalizan por lo que les conviene.
Resulta ilógico exigir que se dé una información completa sobre los resultados de una investigación que, está en su fase inicial.
“Brillantemente” dan la solución al problema de los revendedores y acaparadores, llenar las tiendas de productos y no realizar operativos policiales. Conscientemente obvian que, el país no dispone de los recursos financieros para surtirlas. Conocen las causas, pero las invisibilizan. Saben que, los impactos negativos combinados del bloqueo y la pandemia sobre nuestra economía son de las principales.
Ante tanta “desmemoria” y evidente mala intención, hay que recordarles a estos arlequines de corbata rosa que, en el poder en Cuba, están los humildes que no permitirán que, aprovechando carencias y necesidades: Se les robe, explote y ultraje, conscientes de que como decía Martí, “La pobreza pasa lo que no pasa es la deshonra”.
Los planteamientos llenos de “dudas”, cuestionamientos y “sospechas” de los Melchoras, me han llevado a recordar, un hecho ocurrido en 2018 en el cual valientemente un revolucionario denunció la venta de 15000 manzanas en la tienda de La Puntilla a un particular. En esa ocasión se comportaron exactamente igual a como lo han hecho ahora.
Ese melchorismo tiene causas que sobrepasan la mera inconformidad que pudiéramos considerar patológica. Es la expresión de intereses personales, grupales y de otra índole que, afloran en su enfermizo hipercriticismo y que no logran ocultar con su discurso seudorevolucionario.
Parafraseando al apóstol, les termino diciendo que, “esta es una república para todos y para el bien de todos, no de unos pocos”.