Por: Yury Betancourt Suarez
Quiero comenzar este post, como mismo lo inició el autor de un artículo aparecido hace algunos días en el Blog “ A mano y sin Permiso”, en el material de marras se dice: Mientras esperaba por una cola el fin de semana, escuché la conversación de dos jóvenes sobre acontecimientos políticos relevantes para Cuba. Es por eso que yo inicio mi artículo así: Mientras leía este fin de semana un artículo bastante fatalista firmado por Carlitos… en fin, ambos pudiéramos comenzar igual, apresurarnos a sacar conclusiones sobre Cuba por una conversación en una cola o por un artículo en un Blog.
Pero ambas cosas me parecen superficiales y carentes de objetividad, sobre todo si el autor de “A mano y sin Permiso” en algún momento de su vida tuvo la posibilidad de recorrer el país y conocer las esencias de la juventud y el estudiantado cubano, más allá de un simple comentario de esquina.
Por qué entonces montarse sobre estereotipos bastante usados por los detractores de la Revolución y asumir como una verdad inobjetable que existe una: disminución en la membresía de las organizaciones políticas, los jóvenes que no quieren pasar al Partido o ingresar a la UJC, los que «pierden» sus expedientes, el rechazo a decir lo que se piensa en los espacios diseñados para ello.
Cuándo fue la última vez que Carlitos se fue por toda Cuba y comprobó con sus propios ojos que se subvalora la inteligencia y la capacidad de nuestra gente para participar o es que en una evidente falta de modestia o en un arranque de autosuficiencia pretende de un plumazo restar la capacidad de miles de cubanas y cubanos que participan en tantas y tantas cosas de este país.
Quién le ofreció los resultados de alguna investigación consistente y que demuestre sin discusión que los jóvenes vemos la política como una cuestión reservada a unos pocos.
Se ha vuelto Carlitos tan ignorante o tan fácil de confundir (cosas que dudo) como para irse con una idea para nada propia y afirmar con increíble facilismo político aquello de Mientras nuestros trabajadores (los hombres y mujeres nuevos que se «gastan» el sudor de la nación) no tengan conexión, etc,etc,etc, cómo si la Internet y su desarrollo en el país fuera un capricho de dos o tres y como si las dificultades técnicas o financieras no jugaran ningún papel en el asunto.
No creo que la prensa cubana (y digo toda la prensa incluso los que escriben en el mundo digital) esté muy feliz con Carlitos después que, en su papel de juez de temas tan importantes, aseguró que los temas medulares de este país nos llegan solo en unas telegráficas y poco frecuentes notas de prensa, prensa que además acusa sin mucho respeto de anquilosada, silenciosa y censurada.
Y por último, solo pedir a Carlitos un poco de estadísticas, algo más que un chisme o una idea muy personal lanzada al viento , lo reto a que demuestre que en Cuba los jóvenes revolucionarios (no importa si muchos o pocos) sientan que decir las verdades, asumir riesgos, pedir más socialismo, intentar participar es mal visto, cuando de verdad pueda demostrar algo así y no asumir desde su ego que es una verdad indiscutible, entonces y solo entonces podremos creer un poco en lo que escribe Carlitos.