La construcción de paralelismos y las intenciones que ocultan

Por Marco Velázquez Cristo.

En el escenario actual la contrarrevolución tradicional y la de cuello blanco, buscan con saña situaciones o hechos de carácter extraordinario acontecidos dentro del país, para tratar de equipararlos y forzar paralelismos con otros de mucha mayor connotación y de causas diferentes que ocurren en el extranjero, principalmente en  EE.UU.

Eso tiene como propósito fundamental, aprovechar el impacto en la opinión pública nacional de hechos como el del asesinato por la  policía estadunidense del afroamericano George Floyd,  para manipular y  magnificar eventos acaecidos en Cuba, fomentando estados de opinión y sentimientos de irritación y rechazo a la actuación de las autoridades cubanas, que desemboquen en enfrentamientos con estas y conduzcan a la desestabilización el país.

Así hemos visto en estos días publicaciones dirigidas a tratar de  equiparar los vestigios de racismo que aún persisten dentro de la sociedad cubana, con él que ferozmente corroe las entrañas de la norteamericana y que su gobierno que lo practica, intenta cínicamente esconder. 

Con los fines descritos se encuentran utilizando inescrupulosamente la muerte de un ciudadano de la capital, violento, de pésima conducta social, que agredió a un miembro de la PNR el cual  se vio precisado a usar su arma en legítima defensa.  El oficial herido, con un brazo inutilizado, tuvo la entereza de disparar a la parte baja del cuerpo a su agresor.

Desafortunadamente, según publica el influencer revolucionario el Guerrero Cubano, la topografía del terreno, la posición que tenía el occiso en el momento de recibir el disparo y la interposición del hueso de la cadera que habría desviado  la trayectoria del proyectil, provocaron la muerte de esa persona.

Como era de esperar la escudería mediática de la contrarrevolución y sus replicantes internos tratan de manipular el hecho y posicionar la versión de que fue un asesinato. Con esa matriz de opinión esperan justificar la realización de una “manifestación pacífica” en “protesta” por la mencionada muerte. Como parte del show que están montando se encuentran desarrollando una fuerte campaña de convocatoria para la misma en las redes sociales.   

El principal organizador visible de dicho evento es el contrarrevolucionario Héctor Luis Valdés Cocho, quien por demás, cuando los sucesos de la subestación de la PNR de Calabazar fue el primero que trató de manipular lo ocurrido. Este elemento cumplió sanción en 2018 por Apropiación Indebida y posee múltiples antecedentes de contravenciones por Prostitución y Alteración del Orden; en la actualidad administra una página subversiva.

A propósito del hecho de Calabazar  donde resultó asesinado un combatiente de nuestra policía y dos heridos, uno de gravedad, por un delincuente común, esa   lacra que adversa a la Revolución, cínicamente trató de transformar al criminal  en  héroe, mientras los embozados en trajes de “revolucionarios” internos optaron por ignorar lo ocurrido. Ese doblez descubre en todos ellos la hipocresía de sus clamores de justicia y las oscuras intenciones que estas ocultan.

Nunca es grata la muerte de una persona, mucho menos puede ser motivo de regocijo. Ningún ser humano que haga honor a su condición de tal jamás se refocilaría con una de ellas, pero cuando alguien trata de privar de la vida a un semejante, y eso era lo que intentaba hacer el fallecido, no puede censurársele al agredido el haberse defendido.

Al final todos estos agitadores de internet, que tratan de provocar una reacción violenta del pueblo a partir de la manipulación de sus nobles sentimientos, son tan dependientes de ideas ajenas y están permeados de tantos sentimientos apátridas que, no alcanzan a entender que más de 60 años de limpia historia de la Revolución no se pueden borrar o adulterar con mentiras y calumnias, y que al que intentan embaucar es un pueblo culto, protagonista del proceso revolucionario y por lo tanto el principal constructor de esa historia. Lo ofenden al tratar de engañarlo.

Ciegos y sordos a esa realidad quieren tomar el cielo por asalto, sin percatarse que, el firmamento está demasiado alto para ellos y que Cuba seguirá resplandeciendo en él con su ejemplo de hidalguía, dignidad y victoria sobre los que desean verla caer.

El escenario que anhelan no lo van a poder crear, una vez más se cogerán el dedo con la puerta.

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