Cuba: Ya no se está hablando de manzanas

Por: Marcos Velázquez Cristo.

El debate que se ha generado alrededor de la denuncia de la venta de 15000 manzanas en la tienda de La Puntilla ha trascendido la significación del hecho para convertirse en una confrontación de ideas y conceptos entre las fuerzas que defienden con honestidad la Revolución y las que simulan hacerlo.

La reacción de la opinión pública ha sido de condena al hecho, ha demostrado lo hondo que han calado los valores y la ética de la revolución en el pueblo, y lo alejado de ellos que está el grupo que desde un interés de clase ha tratado de justificarlo.

Dicen ser “revolucionarios”, mientras pérfidamente intentan culpar al Estado de lo ocurrido y de estar confabulado con el denunciante para atacar al sector cuentapropista. Han recurrido a la sátira buscando restarle importancia y seriedad, tal y como indignamente han hecho Joaquín Benavides y Luis Alberto García entre otros dedicados al triste oficio de bufones de la internet. Manera bastante sui generis de “hacer honor” a su “condición de revolucionarios”.

Con sus cacareos mediáticos han pretendido tergiversar el sentido y el origen de la denuncia, reflejando además la frustración de no tener ningún elemento para poder replicar denunciando escándalos de corrupción que involucren a los principales dirigentes, ministros o altos cargos de las instituciones armadas del país, lo que les permitiría minimizar lo sucedido y proteger a los de su clase.

La denuncia no fue la acción de un “extremista” aislado, que es como quieren presentarla; es la reacción de un ciudadano con valores éticos-morales ante un hecho punible; y eso lo quieren ocultar, porque lo cierto es que ya no se está discutiendo sobre la venta de15000 manzanas. Ese fue el detonante que dio origen a una polémica sobre los valores que deben regir nuestra sociedad y sustentar la conducta de los ciudadanos, los cuales no pueden ser determinados por los mezquinos intereses del individualismo y la avaricia.

Por eso los que en realidad queremos el socialismo para Cuba no podemos guardar silencio y servir de meros espectadores en esta lucha por la verdad y la justicia; porque el punto es que la acción de este compañero ha contribuido a la batalla contra el delito, a defender los valores y principios de la Revolución, cerrando el paso a lo mal hecho y fortaleciendo la unidad de los revolucionarios en torno a nuestras instituciones, y eso es tarea de todos.

Quienes han defendido y tratado de justificar a los malandrines de La Puntilla han dejado ver su carencia de valores y de principios, así como el egoísmo que le corroe las entrañas.

Y decía el apóstol, “Quien piensa en sí no ama a la Patria”.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.