Cuba: Una historiadora y sus decepcionantes yerros.


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Por: Marco Velázquez Cristo

La historiadora Alina Bárbara López Hernández nos ha hecho el honor de mencionarnos en su última creación literaria, como era de esperar para ningunearnos. Su artículo está dirigido en lo fundamental a cuestionar a otras personas, por esa razón conociendo a la «ilustre intelectual» y a sus seguidores aclaramos que, ninguna de ellas ha participado en la elaboración o tenido conocimiento previo de lo que estamos publicando.

Nosotros no luchamos contra ninguna persona en específico o grupo de ellas, tampoco fomentamos guerritas del pan duro con plataformas que difunden conceptos y líneas de pensamiento contrarias a la Revolución; combatimos las ideas con las cuales pretenden sustentarlas, confundir y hacerle el juego a nuestros enemigos.

Precisado esto vamos a lo que nos ocupa:

López Hernández suele intentar situarse por encima de los demás, alardear de su “sapiencia” y disertar sobre cualquier tema. Cuando se le contradice acude de inmediato a la descalificación de los que tuvieron tal osadía. En su último post su ego no le permite escapar a esa tendencia suya, haciéndola olvidar sus propios yerros.

Recordemos cuando en medio del debate del entonces Proyecto de Constitución, vestida de especialista en Derecho Constitucional despotrico del mismo, a través de una serie de dislates que ponían al descubierto no solo su ignorancia del tema que abordaba sino también la mala fe con la cual lo hacía. Así afirmaba, “…las adiciones, modificaciones y eliminaciones presentes en el Proyecto Constitucional actual son inconstitucionales, pues revocan aspectos económicos, políticos y sociales del sistema socialista que se declara irrevocable en la actual Constitución”.

Con semejante absurdo mostraba la peor cara de su vanidad al desconocer la capacidad y conocimientos de los reconocidos especialistas que integraron la comisión que elaboró el mencionado Proyecto, respecto al cual cometió otros decepcionantes yerros .

Sus errores resultan estridentes fuera y dentro de su especialidad, otro garrafal resulta su valoración de que la réplica de la cuna del Comandante en Jefe que ha sido entregada como símbolo de continuidad carece de ese significado obviando que, la Revolución cubana es una sola desde La Damajagua de Carlos Manuel de Céspedes hasta nuestros días en que seguimos en revolución. De las ideas de José Martí paradigma de las luchas por la independencia de la patria, se nutrió Fidel que se  lanzó al Asalto del Moncada, a la lucha en la Sierra Maestra y al desarrollo de la revolución triunfante con ellas  como guía de acción.

Entonces, en la cuna que pretende la “intelectual” despojar de cualquier simbolismo nació un continuador de aquella revolución iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, por lo tanto si se le puede porque lo tiene, atribuírsele el valor simbólico de continuidad. Nuevamente yerra la intelectual

Entre sus equivocaciones más notorias en la interpretación de la historia se encuentra el considerar cuestionable el concepto de que solo ha existido en Cuba una sola revolución. Aquí vuelve a aflorar la autosuficiencia que domina su personalidad y las motivaciones ocultas que guían su pluma. Ignora con total impúdia la verdad histórica.

Algunos materiales que debería consultar para que enmiende su error : “La única y sola Revolución que ha existido en nuestra tierra” Eusebio Leal . “Solo ha habido una Revolución, la que comenzó Céspedes” Fidel  .

En este contexto hace algún tiempo y pretendiendo burlarse de mí, manifestó su criterio  de que necesitábamos  pasar un curso de gramática pues habíamos usado la palabra «erudicialmente» la cual no aparece en el diccionario. En esa ocasión estalló “¿crear palabras que no existen? (…), ya esto es exagerado”.

Una vez más volvía a saltar al vacío cegada por la vanagloria y el menosprecio  de los demás.

En esa ocasión y con el objetivo de ayudarla a enmendar su equivocación le citamos las opiniones de dos prestigiosos especialistas de la Universidad Complutense de Madrid sobre este tema; la Lingüista Elena Álvarez Mellado y al investigador Javier López Facal Licenciado y doctorado en filología clásica y  secretario del Instituto Cervantes entre 1992 y 1994.

La primera plantea  que, “Tenemos tan interiorizada la idea de que es el diccionario el que crea la lengua que decimos alegremente que una palabra no existe cuando no la encontramos en el diccionario. Pero es falso (…) la labor lexicográfica (arte de hacer diccionarios) no funciona así. Las palabras no pertenecen a la Real Academia Española (RAE) ni a los diccionarios, pertenecen a los hablantes. Los hablantes crean, producen, inventan palabras, y los diccionarios las recogen. Nunca al revés”.

Por su parte el investigador López Facal preguntado sobre si eran incorrectas las palabras que no están en el diccionario de la RAE, respondió:

«Si alguien va por el campo, ve una hierba, consulta un libro de botánica y no viene, no se le ocurre decir que esa hierba no existe, sino que esa hierba no está en su libro de botánica. Nadie puede decir a un hispanoparlante ‘esta palabra no existe’. Se puede decir que no está en el diccionario (…) Mucha gente cree que el diccionario de la RAE es como los mandamientos de la ley mosaica y que si los incumples vas al infierno».

En otro ofensivo intento de denigrarnos para llamarnos perros, cometió el error de atribuirle al Quijote la frase, “si ladran Sancho es que cabalgamos”, en realidad la misma no fue incluida por Cervantes en su magistral obra. María del Carmen Ugarte García Doctora en Filología investigadora de culturas populares, en su trabajo, “Lo que don Quijote nunca dijo. Falsas atribuciones fraseológicas a Cervantes”   esclarece todo lo relacionado con este tema, significando que esta es una de las varias paremias atribuidas popular y habitualmente a Cervantes en el Quijote.

Ajenos a rencores y odios volvimos a señalarle sus nuevas equivocaciones. Pero siguió ausente la palabra rectificadora y eliminadora de agravio que debió haber brotado de sus labios. Es lógico le estamos pidiendo  peras al olmo.

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