Cuba: La inesperada vehemencia de inesperados contrincantes.

Por: Ileana González.

«Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.»

 Paulo Coelho

El debate sobre el centrismo se agudiza y paradójicamente no en los sitios de sus tradicionales cultores, los cuales hacen mutis, sino en otros cuya  vehemente defensa de estos, sorprende, son los que dicen renegar de la socialdemocracia, pero, consciente o inconscientemente, concluyen en su bando.

De forma insólita han adoptado la misma conducta centrista de culpar al estado de todo lo que se les dice, han hecho además su propio aporte, al  cuestionarle porque no se ocupa de los problemas que tiene Cuba, algo absurdo.

Vale preguntarles, ¿por qué les resulta imposible comprender que alguien defienda espontáneamente la Revolución?, ¿por qué si son revolucionarios como dicen, hacen rechazo a las instituciones estatales?,¿Por qué califican de campaña o cruzada la actual contraofensiva revolucionaria contra el centrismo?, ¿Por qué nos llaman caballeros templarios?

Imputarle al estado el supuestamente desatender los sin dudas importantes problemas que confrontamos, para ocuparse de combatir a los centristas, es una afirmación carente de sustento. ¿Cuántos de los dirigentes del país, se han visto participando en los debates? ¿Cuántos ministros, viceministros, directores de empresas, presidentes de asambleas del Poder Popular, etc, se han hecho presentes en él? Ninguno, entonces, ¿qué argumentos tienen para acusarlos de incumplir con sus deberes? Deberían retractarse de sus desenfocados planteamientos.

De todas formas, es una controversial postura de quienes dicen estar defendiendo el socialismo.

Se están realizando constantes alusiones al llamado “quinquenio gris”, intentando relacionarlo con el debate sobre el centrismo, dos cosas que nada tienen que ver una con la otra. En la actualidad se está enfrentando a los representantes de una corriente política ajena a nuestros principios, la militancia en la cual no quieren reconocer y simulan ser revolucionarios. Esto trasciende cualquier sector de la sociedad y no tiene ningún punto de contacto con lo que se le pretende relacionar. ¿Por qué tal pretensión? ¿Paranoia? ¿Resentimiento? ¿Mala fe? ¿Oportunismo?¿Temor a excesos? En cualquier caso, injustificable.

Me veo obligada a volver sobre el tema del grado de irritación y agresividad que están mostrando los aliados de los del centro, porque me preocupa. Existen claras alusiones a la violencia, guaperías de barrio, se están publicando frases vulgares, principalmente en un blog que no sé por qué se ha robado el show, en el cual algunos comentaristas lo han señalado, llamo a abandonar tales prácticas, que solo sugieren compromiso con una mala causa y orfandad de argumentos, que es lo que están demostrando.

La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

Mahatma Gandhi.

Con franqueza debo decir que el blog de marras, en vez de contribuir al esclarecimiento de los diferentes aspectos que se debaten, está generando confusión, ya en nuestro blog, alguien trató de comentar de forma descompuesta e irrespetuosa refiriéndose a su propietario, no publicamos su exabrupto y fuimos muy duros con él, esa es la ética que debe primar,  la que no alcanzo a ver en ese sitio.

Quiero significar que al hecho anterior se une un comentario que fue enviado a PostCuba, bajo el nombre de Iroel, con la clara intención de enfrentar a Iroel Sánchez con otros revolucionarios. Ambas cosas son inmorales provocaciones dirigidas a tratar de dividir las fuerzas revolucionarias y enfrentarlas entre si. Consideramos que cuando tales hechos se produzcan deben ser denunciados, censurados y rechazados por todos, callar es aprobar esas prácticas.

Llamo a debatir desprejuiciadamente, con tranquilidad y respeto, insólitos oponentes, a la vez que les digo que no vamos a permitir que la socialdemocracia haga con nosotros, lo que le hicieron los españoles a nuestros ancestros, que al decir de Eduardo Galeano:

Vinieron. Ellos tenían la biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron cierren los ojos y recen:  y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la biblia. 

 

 

2 comentarios sobre “Cuba: La inesperada vehemencia de inesperados contrincantes.

  1. En cualquier momento podrían meter la pata en el fango, al estilo Milanés, algunas personalidades cubanas que poco a poco van siendo engañadas por esos «centristas» que hace rato decidieron pasarse al «cuentapropismo» para rentar la patria y el pensamiento.
    Son «líderes del cambio» entrenados abiertamente o en secreto por el gobierno de Estados Unidos para, desde posiciones supuestamente de izquierda, asestar golpes a la revolución cubana en sus pilares más importantes, con la esperanza de masificar la confusión en gran parte de la población y garantizar las condiciones de un enfrentamiento y una desconfianza hacia al gobierno revolucionario.
    Después de eso intentar lograr la desunión nacional, impulsar las «revoluciones de colores» y la intervención de EEUU si fuera necesario, momentos en que aquellas personalidades se percatan que fueron engañados y utilizados, no para arreglar y cambiar lo que debía ser cambiado, sino para destruir totalmente nuestro sistema social y empujar a Cuba hacia los brazos de la anexión.
    Para ese entonces los centristas ya cobraron tanto salario norteamericano que establecen negocios en Cuba, y tal vez en Miami, para vender libros y novelas sobre cómo pudieron destruir el socialismo cubano sin utilizar armas convencionales. Claro que los cubanos no permitiremos eso, aunque nos confundan a algunos intelectuales y artistas queridos. Que extraño, contra Venezuela está pasando algo parecido.

  2. En cualquier momento podrían meter la pata en el fango, al estilo Milanés, algunas personalidades cubanas que poco a poco van siendo engañadas por esos «centristas» que hace rato decidieron pasarse al «cuentapropismo» para rentar la patria y el pensamiento.
    Son «líderes del cambio» entrenados abiertamente o en secreto por el gobierno de Estados Unidos para, desde posiciones supuestamente de izquierda, asestar golpes a la revolución cubana en sus pilares más importantes, con la esperanza de masificar la confusión en gran parte de la población y garantizar las condiciones de un enfrentamiento y una desconfianza hacia al gobierno revolucionario.
    Después de eso intentar lograr la desunión nacional, impulsar las «revoluciones de colores» y la intervención de EEUU si fuera necesario, momentos en que aquellas personalidades se percatan que fueron engañados y utilizados, no para arreglar y cambiar lo que debía ser cambiado, sino para destruir totalmente nuestro sistema social y empujar a Cuba hacia los brazos de la anexión.
    Para ese entonces los centristas ya cobraron tanto salario norteamericano que establecen negocios en Cuba, y tal vez en Miami, para vender libros y novelas sobre cómo pudieron destruir el socialismo cubano sin utilizar armas convencionales. Claro que los cubanos no permitiremos eso, aunque nos confundan a algunos intelectuales y artistas queridos. Que extraño, contra Venezuela está pasando algo parecido.

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