Cuba: La Heredera

Por: Marco Velázquez Cristo.

El naufragio ético y político de La Joven Cuba ya es un hecho innegable, en cada artículo dejan un jirón del disfraz con el cual intentan vanamente esconder las espurias motivaciones que los mueven y los verdaderos objetivos que persiguen con sus publicaciones. Es la heredera del blog que sucumbió aplastado por la deshonestidad de su propietario. Aquel que debió llamarse Cartas Contra Cuba.

Son como madre e hija, aunque ante tanto parecido, la joven parece un clon de la primera. Un poco menos inteligente en cuanto a la forma de confundir a los “incautos” se refiere. Pero con iguales líneas editoriales, donde el desenfado para mentir, manipular y tergiversar son las características descollantes. Completa el parecido, el poseer igual fuente de financiamiento. Los  “ahorros” de quienes en ella publican.

Los que tienen su nido en esa plataforma, acostumbran a exigir  pruebas cuando alguien les cuestiona recibir dinero del exterior. En algún momento, me imagino se les ha de complacer. Por ahora me limito a exigirles que demuestren que los gastos relacionados con LJC son cubiertos con sus “ahorros”.

Me resulta muy poco creíble ese argumento, entre otras razones porque unos cuantos de ellos no tienen vínculos laborales conocidos. Espero las pruebas que demuestren lo que afirman.

Ahora quiero referirme a uno de los  últimos post publicado por LJC del cual en aras de no perder el tiempo en banalidades, me salto toda la preparación artillera inicial de unos cuantos párrafos, también dejo a un lado las referencias tergiversadas a supuestas injusticias sobre determinadas personas, una de ellas  ya radicada en Miami, cosa que soslaya la articulista empeñada en demostrar que estamos retrocediendo en el tiempo.

El tema central de su despropósito es el mercenario José Daniel Ferrer, la autora refiriéndose al material audio visual con el cual se desmontó toda la campaña mediática de los medios hegemónicos y de la escudería contrarrevolucionaria de estos dirigida a “santificarlo”, plantea, “Las manipulaciones del material son evidentes…” Bien, como verbo transitivo, manipular, significa: “hacer cambios o alteraciones en algo para conseguir un fin determinado…”, la pregunta, ¿qué cambios o alteraciones se realizan dentro del video denuncia? Categóricamente ninguno.

El mismo muestra imágenes que desnudan la manipulación del caso del apátrida, ya sabemos por quiénes. Entre otras falacias afirmaban que, estaba en grave estado de salud, se le negaban la atención médica y las visitas familiares y  se le torturaba. Todo este andamiaje de mentiras fue demolido. La realidad expuesta limpiamente dejó sin argumentos a los enemigos de la patria. La autora del post de marras reconoce que resulta incuestionable. Se desmiente así misma.

Para ella, la cito, “No hay dudas que (…) la falta de un debido proceso y (…) el posible carácter improcedente de filmar a un reo y de hacer pública la filmación, son procederes no afines a los estándares internacionales”.

¿Qué argumentos tiene para decir que no ha existido un debido proceso?, ninguno. Lo argumento:

El debido proceso, en tanto principio que orienta y reúne las garantías y derechos de los encausados en un procedimiento penal, está regulado en Cuba por la ley. Y según la ley vigente, José Daniel Ferrer no fue vulnerado en su posición de acusado: fue detenido de manera legal, tras una denuncia; luego la Fiscalía le aplicó la medida cautelar de prisión provisional hasta el juicio (medida que es común en todos los ordenamientos jurídicos); fue hallado «no a lugar» un habeas corpus interpuesto por su abogado (al que tuvo acceso, según regula la ley, luego de aplicada la medida cautelar) por la autoridad judicial correspondiente; y recibió visitas de familiares durante su detención.

¿Qué debido proceso se violó entonces? El debido proceso cubano, regulado por leyes cubanas, se respetó en todo sentido.

¿Estándares internacionales?, ¿Cuáles?, ¿los de EE.UU. de detenciones arbitrarias, secuestros, torturas, cárceles secretas y otras aberrantes practicas autorizadas y toleradas por su gobierno? Un poco de vergüenza por favor.

En cuanto a lo que llama, “posible carácter improcedente de filmar a un reo y  hacer público el resultado”, ¿en que radica la improcedencia?

Parece desconocer que no existe nada ilícito en esa acción, máxime si nos remitimos al contexto en que se hace público el video, caracterizado por una feroz campaña difamatoria contra Cuba, a la cual ya me referí. En la que se insertó además una resolución injerencista y mal intencionada de la Unión Europea que, en franco alineamiento con la política de hostilidad yanqui hacia nuestro país (como es su costumbre), exigía la liberación inmediata del apátrida y otras infamias más.

Mayor oportunidad y procedencia no pudo tener el material. De hecho fue un acto de legítima defensa.

Cuba conoce bien a sus enemigos y sabe de las perfidias de que son capaces. No olvidar el caso del falso invalido Armando Valladares, el poeta sin poemas.  Al cual hubo que publicarle un video, haciendo ejercicios para desmentir toda la infame campaña que lo presentaba como un intelectual invalido injustamente condenado a prisión por las autoridades cubanas.

Para mayor ridículo de quienes lo defendían al ver el avión que lo transportaría a su paraíso soñado, corrió hacia su escalerilla. En el caso de Ferrer este a cabezazos dejó a sus “abogados” con el fondillo al aire.

Si los que aún quiebran lanzas por LJC y creen que son sinceros cuando dicen ser “revolucionarios”, leyeran el amplio y vergonzoso dossier de sus publicaciones, claramente hostiles hacia la Revolución comprenderían que, no hay injusticia alguna cuando se les califica de contrarrevolucionarias.

Nota: resulta llamativo que una persona ajena a los problemas cubanos, profesora de un centro de estudios de EE.UU. según internet, se ocupe de escribir sobre un apátrida de la isla con un lenguaje, estilo y contenido muy similar al que emplean los que en la LJC publican, especialmente su administrador principal el becario de la Universidad de Columbia, ¿habrá prestado su nombre o le dictaron el texto?

Ah, puse en el título, La Heredera con mayúscula porque es el nombre que haciendo uso de mi libertad de expresión le he asignado a LJC.

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