Cuba: ¿Ataques acústicos o histeria colectiva?

Por: José Manuel Rodríguez.

El caso de los supuestos ataques acústicos a diplomáticos estadunidenses en La Habana, cada vez más parece un capítulo de la serie Expedientes X, pues de acuerdo a las versiones que circulan por la internet, se está investigando una actividad paranormal, no obstante, algunas voces autorizadas comienzan a echar luz sobre el asunto.

Hipótesis de la utilización de un aparato generador de sonidos sónicos, ultrasónicos o infrasónicos.

El sitio BuzzFeed News   publica opiniones de expertos y técnicos que consideran improbable que se estén produciendo ataques acústicos que ocasionen los daños que se están describiendo.

Según este medio el psicólogo Andrew Oxenham, del Laboratorio de Percepción y Cognición de la Universidad de Minnesota, considera que, «no hay forma de que un dispositivo acústico cause daño auditivo usando sonidos inaudibles», pues la audición depende de pelos sensibles ubicados en el oído interno que traducen ondas sonoras en señales que el cerebro percibe como sonidos y la pérdida auditiva se produce cuando estos pelos sufren daños, que pueden ser causados por ruidos fuertes.

El experto sostiene que el ultrasonido, que es demasiado agudo para que podamos oírlo, «no puede estimular el oído interno de una manera que causaría daño». Afirma que,  el infrasonido que es demasiado bajo para ser oído, sus intensidades dañinas harían vibrar claramente el cuerpo y aun en ese caso sería improbable que se produjera pérdida auditiva, agregando que el tamaño de los altavoces necesarios para generar infrasonidos de esa magnitud los haría difícil de ocultar».

Nota: Las frecuencias infrasónicas según la literatura especializada entran en resonancia con el cuerpo humano, por eso el especialista habla de que podrían hacer vibrar el cuerpo. La resonancia ocurre cuando la frecuencia de oscilación del cuerpo, coincide con la de la onda del infrasonido, aumentando la amplitud de oscilación natural del cuerpo.

Sharon Weinberger, editora ejecutiva de noticias en la revista Foreign Policy y autora de Los imaginadores de la guerra: la historia no contada de DARPA, la agencia del Pentágono que cambió al mundo dijo a BuzzFeed News., que parece muy improbable que un arma sónica sea la causante, pues para que un arma no letal sea eficaz, tiene que funcionar con todo el mundo”. Por la información publicada no es el caso de los supuestos hechos de La Habana.

De acuerdo con el análisis de estos especialistas quedan descartadas las hipótesis de que los presuntos daños auditivos puedan estar asociados a la utilización de dispositivos generadores de ultrasonidos o infrasonidos, incluso el uso de un aparato sónico queda como muy poco probable.

Hipótesis de una histeria colectiva o de un trastorno de conversión.

El sociólogo neozelandés Robert Bartholomew, autor de ¡Brote! La enciclopedia del comportamiento social extraordinario, dijo a  BuzzFeed News que muchos casos documentados de enfermedad psicogénica de masas o histeria masiva involucran a las llamadas construcciones de enfermedad que resultan ser brotes psicológicos, en los que se produce una rápida diseminación de signos y síntomas para los que no existe una causa física, normalmente generados por la mente de las propias víctimas”.

Según el especialista, aparte de ansiedad o pánico, la histeria colectiva puede venir acompañada de signos fisiológicos o motores, que pueden ser confundidos con dolencias reales. Bartholomew  asegura que no es una situación poco común, ya que se reportan  unos cien brotes cada año, y la mayoría provoca serios trastornos en colegios y fábricas.

Considera que es muy posible que en este grupo de diplomáticos sus padecimientos sean de naturaleza psicogénica, ya que la mayoría de los síntomas son dolores de cabeza y mareos, mientras que el caso más grave que se describe como ‘lesión cerebral traumática leve’, podría en su opinión no estar relacionado”.

Por su parte el psicólogo social James Pennebaker, de la Universidad de Texas en Austin, señaló a BuzzFeed News que estos brotes tienen características comunes y ocurren en entornos de alto estrés. El especialista evalúa que una enfermedad inicial puede provocar un brote de casos psicogénicos en un ambiente de alto estrés como el de la embajada de Estados Unidos en Cuba.

Existe otra perturbación psicológica, con similitud con la histeria colectiva, que fue descrita por los médicos del Instituto de Neurología DENT de Estados Unidos como «trastorno de conversión«, que se asocia a síntomas neurológicos que no se relacionan con ninguna afección neurológica conocida, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psiquiatría pueden aparecer síntomas o problemas que van desde la debilidad o la parálisis hasta la pérdida de la visión o la audición.

El director del Programa Neuroconductual del Children’s National Medical Center en Washington doctor Jay Salpekar asegura que el estrés es la principal causa subyacente del trastorno de conversión.

Dos de los casos registrados por Robert Bartholomew. 

 El Gaseador Loco de Mattoon:  En septiembre de 1944, los residentes de Mattoon, en Illinois reportaron ataques imaginarios por un “anestesista fantasma”. Todo comenzó por una llamada telefónica a la policía de una mujer y su hija que se encontraban con náuseas y mareadas después de ser rociadas con un gas de olor suave por una figura misteriosa que acechaba cerca de la ventana de su dormitorio. El incidente tuvo una gran repercusión en los medios locales. En total se cuantificaron al menos 29 “víctimas”, cuyos síntomas incluían náuseas, vómitos, boca seca, palpitaciones, dificultad para andar, y en un caso una sensación de quemadura en la boca. El psicólogo de la universidad de Illinois, Donald Johnson investigó el episodio, concluyendo que fue un caso de histeria en masa.

Considera Robert Bartholomew que dado el influyente papel de los medios en las noticias de Mattoon, puede ser que las víctimas estuvieran redefiniendo síntomas comunes tales como un ataque de pánico, olor a agentes químicos, pinchazos y agujetas en sus miembros y las consecuencias de la ansiedad como las náuseas, insomnio, disminución de la respiración, temblores, boca seca y mareo, como relacionados con el gaseador.

La epidemia de los parabrisas dañados: En marzo de 1954, en Seattle, durante varias semanas se  informaron a la policía cerca de 3000  parabrisas de vehículos  con marcas,  que fueron atribuidas al resultado de pruebas con bombas de hidrógeno que se habían llevado a cabo en el pacífico.

En el momento de mayor intensidad del incidente el alcalde de Seattle solicitó asistencia por emergencia a la Casa Blanca. Análisis posteriores de los parabrisas revelaron que contenían pequeñas partículas producidas por la combustión incompleta de carbón bituminoso, que era común en la vida diaria en Seattle y no podía agujerear o penetrar los parabrisas.

La fundamentada opinión de estos reconocidos expertos, y los casos documentados expuestos, que no son producto de la imaginación de afiebrados periodistas, refuerzan la hipótesis de que los supuestos ataques acústicos a funcionarios norteamericanos en La Habana, podrían estar relacionados con un brote de “histeria colectiva” o de «trastorno de conversión».

De todas formas, para los amantes del suspenso continua el desarrollo de una trama digna de una de las mejores películas de Alfred Hitchcock que a no dudar en un futuro próximo tendrá su versión hollywoodense en la que quizás se incluyan casos como los Mattoon y Seattle, para conformar una trama en que los diplomáticos norteamericanos son anestesiados para dejarlos sordos y romperles los parabrisas de sus vehículos. Esperemos.

 

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